
Mi linaje
5 de mayo de 2020
Nací a la medianoche de una luna Menguante, un caluroso mes de agosto de 1981, en Maracaibo- Venezuela, en la región de mi linaje materno, Maracaibo-Edo Zulia, donde el calor orgánico es una pasión cotidiana.
Mi linaje masculino es de Sierra, montaña y mar, un estado llamado Falcón, cuna de mestizaje costero y serranía, campesinos, cabras, dulces.
Mi infancia fue nómada, el movimiento constante me llevó a todos lados y mucha mezcla. Soy la segunda generación de mujeres que fueron a la universidad, la tercera que tuvo estudios universitario, una de las fortunas de nacer en el siglo XX, “mujer de finales del SXX”.
Entonces, soy mujer de biología y elección pero eso no es tan importante ahora que somos todo.
Estudié sociología en la Universidad del Zulia (LUZ-VNZLA) carrera que ha sido base arquetípica de muchos de mis encuentros y búsquedas. Por años el arte me llevó de la mano así que estudié artes plásticas en talleres de arte de la escuela regional “Neptalí Rincón” en Maracaibo, Fotografía en la escuela “Julio Vengoechea” de la secretaría de cultura en Maracaibo, hice talleres de cine y dirección con varios directores Venezolanos.
Viajé a Cuba a cursar “Proyectos de Cine y TV para niños y jóvenes” en ese tiempo dirigía un programa infantil para la TV regional “A recrearse con Nieves” y hacía una serie de cortos llamados “Bia_VIajandito” con niños de muchos pueblos y fronteras de Venezuela, también para una serie de documentales “Sur sin fronteras”.
La sociología y las artes audiovisuales me llevaron a la Argentina para cursar cine documental, esta fue la combinación con la que me identifiqué durante muchos años, facilité talleres de cine para niños y jóvenes en escuelas públicas en algunas regiones de mi país e hicimos, juntos niños y jóvenes, cortometrajes sobre las historias que armaban mis pequeños y súper estudiantes.
El arte me llevó al centro y con ello descubrí el Yoga como columna vertebral de mi vida. Me dediqué a dar clases para adultos y en algunas ocasiones a niños, la meditación Vipassana, la conjunción de manos, corazón y cerebro me llevaron a formación de Reiki, numerología, biodanza y todo esto me cruzó el alma y las formas.
Me vine a la Argentina de nuevo a principio del 2014, esta vez ya era madre de un pequeño de 3 años, estudié varios módulos de Dirección de fotografía, pero la crisis en mi país me hincó los dientes, me vi en el aire en todo sentido, así que aletee y después aprendí a volar.
En ese tiempo profundicé en estudios de Yoga y me dediqué a dar clases en Buenos Aires. Las crisis devastan viejas estructuras y son muy exigentes, ellas siempre me hicieron más humana, más permeable.
Llegué a la consulta de decodificación bioemocional para tratar mi conflicto con el dinero, este encuentro y la transformación que me atreví a crear en mi vida, me motivaron a hacerme consultora en decodificación bioemocional y luego en bioexistencia consciente, dos categorías de la mirada de Humano Puente (espacio vital de investigación y profundización de esta maravillosa herramienta).
Hoy soy una consultora entera, me dedico a ello, todo lo andado ha sido necesario para esta llegada, soy madre, compañera de vida, hija, hermana y principalmente hoy soy una mujer sin edad.
Todos los tiempos me habitan, así como las mujeres y hombres, la tierra que nos sostiene y el universo colectivo que somos.
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