
Des-construyendo un problema
10 de mayo de 2020
Sin duda, muchas veces has enfrentado un problema. Como tal, la mayoría de nosotros entendemos que un problema es algo que nos llega desde afuera, algo que se opone a nuestras metas y nos complica la vida.
También es seguro que has visto personas que frente a una misma situación, actúan de manera diferente. Entonces, lo que para unos es un problema, para otros no lo es.
La vivencia de un problema, es entonces, algo que le ocurre a una persona determinada y no algo que le ocurre a todo el mundo.
¿Cuál es la diferencia entre aquellas personas que viven una situación como problema respecto a otras que no?
Básicamente, es la percepción que se tiene de la situación y dicha percepción tiene que ver con nuestros filtros, nuestras creencias, nuestra historia, es decir, nuestro modelo mental.
Este modelo mental, es una construcción hecha por nosotros mismos a través del tiempo donde se genera una especie de “programación” que se activa en los momentos donde aparece algo que nos saca de la zona de confort y donde la vida nos llama a poner todos nuestros recursos para poder transitar los momentos que llamamos “problemas”.
Una de las acciones que podemos hacer para ampliar nuestras opciones, es comenzar a nombrar y concebir las experiencias de vida de una manera distinta. Por ejemplo, la idea sería pasar de la frase: “tengo un problema” a “tengo un desafío o un objetivo que alcanzar”.
Al cambiar la manera de concebir la situación, se nos abre una oportunidad. Nuestras crisis nos revelan aspectos de nosotros mismos que nos permiten conocer nuevas cosas acerca de nosotros, como por ejemplo, los recursos propios que de otra manera quizás no hubiésemos podido mirar y también, nos permiten descubrir nuevas cosas acerca de los otros y del mundo que nos rodea.
Al mirar la oportunidad que tenemos cuando la vida nos pone situaciones inesperadas, se nos abren mayores posibilidades y así, mayores opciones para transitar la situación que la vida nos invita a mirar para sacar los mejores aprendizajes de ella.
Entonces, te invito a mirar los problemas y oportunidades no como opuestos, sino como dos maneras de vivir un suceso.
Desde hoy, cuando la vida te muestre algo inesperado, que te deja en una situación confusa y te impide avanzar, pregúntate: ¿Tengo un problema o tengo una oportunidad?
Se siente distinto…¿cierto?
Uno de los momentos que a veces genera muchas emociones y malestar, es una separación, un quiebre en la pareja o un divorcio. Sin duda, una experiencia que implica un antes y un después y que implica una resignificación de nuestros vínculos.
Si estás viviendo una crisis producto de tu separación, te invito a seguir leyendo en los próximos artículos, algunas consideraciones importantes respecto a cómo una separación, también puede ser una experiencia que abre posibilidades a pesar de todas las emociones y ajustes que implica. Una separación o un divorcio, también puede ser una oportunidad para ti y para los integrantes de tu familia.
Con amor,
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